Arch. Myriam B. Mahiques Curriculum Vitae

Sunday, April 10, 2011

El mapa de ruidos de Buenos Aires

Foto de la General Paz, bajada de aristotelizar.com. Acá se ve el barrio expuesto a los ruidos sin protección sonora alguna

Hace unos cuantos años ya, cuando nuestros hijos eran pequeños, buscábamos con mi esposo un departamento para rentar en la zona de Vicente López. Cerca de la incipiente autopista, fuimos a ver uno que nos llamó la atención por el precio económico. Estuvimos allí unos 15 minutos, y fue suficiente para decir que no, era imposible vivir con semejante ruido, y ni siquiera digo que el departamento estaba pegado, sino próximo a la autopista.
Al año siguiente, ví las placas transparentes que se erigieron en forma experimental, propuestas por el arq. Evans de la FADU, unas pocas y desconozco los resultados. Porqué transparentes? Porque una vez que se ha trazado la vía rápida, no podemos bloquear visualmente las viviendas, imagínense abriendo las ventanas y encontrar un paredón. 
Muchos años han pasado ya, y me encuentro con esta nota, un problema serio no resuelto aún, y me desespero pensando en la ineficacia de las VTV en las que yo misma he trabajado diseñando con tanta ilusión, en el año 1997! Las construcciones de las VTV ahí están, pero las normas no se cumplen....
Esta cuestión de los ruidos está muy bien implementada en Los Angeles y Orange County. Porque las autopistas no atravesaron los barrios como si nada, sino que fueron diseñadas en conjunción con los barrios. Por lo tanto, las viviendas están alejadas y la autopista se separa con parquización elevada y muros de contención decorados, con diferentes texturas y relieves artísticos según la zona. Lo mismo para las avenidas. El problema que he encontrado en las avenidas -si bien es un placer dormir sin ruidos- es que los muros de bloques toman el largo de mínimo dos manzanas, y es terrible caminar en esas veredas inhóspitas. Me corrijo, los transeúntes son sólo niños que vuelven de la escuela. Los bordes de las autopistas, están, por lo tanto, mejor resueltos que las avenidas internas.
Aquí reproduzco el artículo del diario la Nación, sección Opinión y espero una vez que tengan el mapa de ruidos, hagan realmente algo al respecto. 

Una foto aérea del acceso Norte. Imagínense viviendo en las casas de los bordes, a pesar de estar sobre la calle lateral, los ruidos se escuchan constantemente. Foto bajada de http://www.skyscraperlife.com/infraestructura-transporte/7000-autopistas-autovias.html

¨Cómo se ha comentado muchas veces desde estas columnas, el nivel de ruido que hoy soporta el habitante de las grandes ciudades ha ido creciendo en cantidad e intensidad, como una consecuencia disfuncional del avance de la civilización. También es cierto que no se da una protección adecuada a la población ante el constante asedio del ruido, pese a que sus consecuencias afectan la salud, principalmente el funcionamiento circulatorio, nervioso y auditivo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ruidos llegan a constituir una segunda amenaza ambiental que nos acosa como habitantes ciudadanos, luego de la polución. Ese enemigo ha crecido sobre todo en las ciudades más populosas.
Precisamente, la ciudad de Buenos Aires está incluida desde hace tiempo entre las diez ciudades más ruidosas del mundo, reconocimiento que no asombrará a sus habitantes. El riesgo latente de esa contaminación acústica se ha dado en cifras estadísticas en Europa. Una de ellas informa que el 1,8 por ciento de los ataques cardíacos se debe a esa causa. También la OMS ha destacado que sus consecuencias son negativas para la salud mental, como lo han comprobado especialistas en psiquiatría, que han llegado a la conclusión de que con la mayor densidad de población de las grandes ciudades crecen las tasas de las patologías mentales en una proporción superior, que alcanza el 77 por ciento sobre las áreas de menor densidad.
Sorprende que a los trastornos que provoca esta forma de agresión no se le acuerde la suficiente importancia, aunque puedan llevar a la pérdida parcial o total del oído, a causa de estímulos estridentes y repetidos. Se trata de un peligro cierto que parcialmente procuran aminorar el arquitecto que planifica el desarrollo urbano o el ingeniero que diseña una planta industrial y, más directamente, los expertos en la circulación vehicular en la ciudad.
¿Qué se hace hasta ahora con el ruido que aumenta en la ciudad, tanto por la densidad del tránsito con sus bocinazos en las horas pico como por el escape agresivo de los motores, los arranques y frenadas de los colectivos, las sirenas de los carros de bomberos o de las ambulancias atascados en una congestión o los golpes isócronos y constantes de bombos que acompañan a manifestaciones y piquetes? Existe una norma que deben cumplir los automotores para no sobrepasar los niveles tolerables de contaminación acústica, pero carece de suficientes controles. Para que sea eficaz esa protección se requiere, además, "un mapa del ruido", todavía en elaboración, que marcará el nivel aceptable por zonas de Buenos Aires.
Esto último debe unirse a una regular verificación técnica vehicular, que no ocurre todavía, a fin de establecer si se cumplen los parámetros aprobados de ruidos y gases. Sin olvidar en la base de los recursos el respeto por la gente, que parece olvidada cuando se la castiga con tanto ruido enloquecedor.¨

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